Kilómetros
aproximados: 35.
Puntuales a las 8’30 estábamos
haciendo el check-in, cargamos las maletas en el coche y fuimos al centro de
Lovaina, donde íbamos a pasar el tiempo que nos quedaba hasta que fuera hora de
irnos al aeropuerto.
Primero fuimos a desayunar al Panos de
la gasolinera como todos los días, pero como es un lugar que no tienen mucho,
cuando llegamos ya no tenían nada de bollería; así que cogimos el coche y
fuimos al parking de todos los días. Una vez en el centro, para no pensar ni
complicarnos, fuimos a otro Panos (11 €), pero esta vez mucho más cómodos
sentados.
Fuimos directos al GRAN BEATERIO (Groot Begijhog),
completamente restaurado, es como una ciudad dentro de otra ciudad. Es uno de
los mayores beaterios que todavía existen en los Países Bajos (unas 300
viviendas). Sus inicios son del siglo XIII, pero fue durante los siglos XVI y
XVII cuando lograron su máximo esplendor llegando a vivir 360 beguinas.
Actualmente es propiedad de la Universidad de Lovaina y se utiliza
principalmente como residencia para estudiantes; pero el exterior de las casas
se conserva tal y como era en sus orígenes. Estuvimos alrededor de una hora
disfrutando de la tranquilidad.
En las puertas, hay un plano informativo |
Luego volvimos hacia su GROTE MARKT,
para poder ver de día su espectacular AYUNTAMIENTO
(Stadhuis), que fue construido a mitad del siglo XV para demostrar la
riqueza de los comerciantes de la ciudad; es de estilo gótico brabantino.
Destacan sus 236 estatuas, que se colocaron a mitad del siglo XIX. En la planta
baja son científicos famosos de Lovaina, artistas y personajes históricos; en
la primera planta santos patronos de las distintas parroquias de la ciudad; y
por encina condes y duques de brabante; y en las torres, principalmente figuras
bíblicas. Se pude visitar su interior.
Intentamos visitar la Iglesia de San
Pedro (está justo enfrente del Ayuntamiento), pero estaba cerrada.
Así que ya volvimos hacia el parking (6
€) y sobre las 12 y algo pusimos rumbo hacia el Aeropuerto; apenas había
tráfico, así que en menos de media hora llegamos.
Dejamos el coche, fuimos a facturar, y
ya pasamos le control; nosotros siempre preferimos pasarlo cuanto antes. Luego
echamos un ojo a las tiendas, mientras íbamos pensando donde comer.
Y elegimos un Panos, donde pedimos unos
bocadillos calientes que estaban muy buenos, que junto con las bebidas nos costaron
29 €.
Luego las últimas compras de chocolates,
y ya fuimos al embarque, puntual a las 15:40 salimos con Vueling, para llegar a
Valencia unos 10 minutos antes de la hora prevista que era las 17:50.
Volvimos a casa en taxi, y tras deshacer las maletas,
nos volvimos a juntar los cuatro para ir a cenar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario