Kilómetros
aproximados: 220.
Otro viaje que comienza bien temprano,
habíamos concertado el taxi para las 6’45; como es normal a esas horas no hay
nada de tráfico y llegamos en un momento. A las 7 de la mañana hay muy poco
movimiento en el aeropuerto de Manises, así que una vez nos juntamos los
cuatro, facturamos las maletas y pasamos el control, donde tampoco había gente. Una vez pasado el control, fuimos
directos a desayunar, al único bar que hay abierto a esas horas en el
aeropuerto.
Nuestro vuelo de Ryanair con destino
Bruselas, tenía fijada la salida a las 9’20 y salimos muy puntuales, incluso 5
minutos antes. Vuelo rápido y tranquilo, con llegada prevista a las 11’45 pero
acabamos llegando 15-20 minutos antes de la hora.
Tras seguir infinidad de pasillos, que
no paran de cambiar de dirección, subir y bajar (nos pareció un aeropuerto
bastante lioso), llegamos a la zona de Rent a Car, nuestra compañía era SIXT;
esta vez alquilamos el coche directamente en su página, ya que el precio era prácticamente como el de los habituales multibuscadores, que solemos usar casi siempre. Nos
atendieron nada más llegar y el trámite no nos llevó mucho tiempo.
Habíamos reservado un Astra Station Wagon
(un Astra con maletero) y nos dieron un Citroën C4 Grand Picasso con unos 20.000
kilómetros; vamos, que tuvimos espacio de sobra. El coche estaba bastante bien,
tenía tan sólo algún pequeño rasguño, que iba completamente detallado en el
papel de la reserva.
Nuestro primer destino era Aquisgrán
que se encuentra en Alemania, llevábamos nuestro GPS y el del coche (a pesar de
no haberlo solicitado) también; así que decidimos ir probando los dos para
comparar. Hasta aquí teníamos 1’30 horas aproximadamente.
Llegamos sobre las 2 de la tarde con
mucha hambre, así que tras aparcar fuimos directos a McDonald’s a comer, para
no perder tiempo. El menú muy parecido a España (entre 7 y 8 €).
Y ya tocaba la visita a AQUISGRÁN (Aachen), esta ciudad fue
donde instauró su gobierno Carlomagno y por eso se convirtió en uno de los
centros culturales del cristianismo más importantes de la Edad Media.
Lo que nos llevó a visitar esta ciudad
fue la CAPILLA PALATINA que se
encuentra en la CATEDRAL (Dom). Esta está considerada como el monumento
más importante del arte carolingio, inspirada en la iglesia de San Vital de
Ravena en Italia. Aquí coronaron a más de 30 emperadores del Sacro Imperio
Romano Germánico, y por ello también recibe el nombre de CATEDRAL IMPERIAL
(Kaiserdom). Horario: 7 a 19. Visita gratuita.
Nos gustó mucho, pensamos que mereció
la pena la parada en Aquisgrán aunque solo fuera por visitar esta Capilla. Hay
visitas guiadas (4 €) en alemán e inglés, en las que se visita el trono y todo
que hay en el piso superior; nosotros no la cogimos.
Y ya nos fuimos hacia el Parking APAG (Büchel
43), que nos costó 4 € por un par de horas; muy cerca del centro, ideal para
realizar esta visita sin perder mucho tiempo.
Sin más tiempo que perder salimos
hacia COLONIA (Köln), donde llegamos sobre las 5 y poco. Fuimos directos al parking (aunque
el hotel no tenía, había uno público con una salida a pocos metros de la puerta
del hotel). El XII Apostel Albergo,
lo elegimos principalmente por su situación, a menos de 10 minutos andando de
la Catedral; que era el motivo principal de nuestra visita a la ciudad.
A pesar de que llovía un
poco, no nos entretuvimos y salimos rápidamente hacia la CATEDRAL (Dom), que es una de las más majestuosas e impresionantes,
construida en estilo gótico; que comenzó su construcción en el siglo XIII y
finalizó en el siglo XIX. Su exterior ya sabíamos que estaba bastante negro,
aunque no nos lo imaginábamos tanto, y además estaban de reformas; así que
entre la tarde lluviosa y los andamios, sumando la poca luz que había ya
a esas horas, la visita exterior nos resultó algo deslucida. Su interior tiene
unas vidrieras impresionantes, y para la poca luz que había fuera lucían muy
bien. Horario: 6 a 21. Visita gratuita.
Se puede subir a una de sus torres,
cosa que no hicimos (las chicas por falta de ganas, pero los chicos por falta de tiempo), ascenso que está reservada para los más valientes, ni más ni menos que 500 escalones.
Horario Torre: 9 a 18. Precio: 4 €.
Nos hubiera gustado cruzar el puente
(Hohenzollern) que hay detrás de la Catedral, porque se tiene una de las
imágenes más bonitas de la ciudad, pero la tarde no invitaba y ya quedaba poca
luz; así que paseamos un poco por las calles más céntricas, paradita en la
Tienda Lego y regreso al hotel.
Tras el pequeño descanso, sobre las 9
salimos a cenar a un lugar al que ya le habíamos echado el ojo, y que estaba al
ladito del hotel, Peters Brauhaus (Mühlengasse 1). Pedimos dos codillos y dos
wiener schnitzel (cerdo empanado), que acompañamos como no de unas cervezas, estaba todo buenísimo, un acierto este
lugar; junto con la bebida nos costó 77 € (cerca de 20 € cada uno).
Aunque la noche era fresquita, como no
llovía decidimos acercarnos a ver la Catedral iluminada, que estaba bastante
bonita. Después de unas fotos volvimos paseando al hotel en un momentito.
Las visitas del día habían sido
bastante rápidas (en realidad más o menos como habíamos previsto); pero ambas
habían merecido la pena.
Un poco de internet, acabar de repasar
la ruta de mañana y a dormir.
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